lunes, 23 de agosto de 2010

Vacaciones de verano 2


Tanto a la ida como a la vuelta hicimos una larga parada a medio camino. A la ida elegimos Gränna, un pueblo pintoresco famoso por su polkagris, el conocido caramelo de menta de rayas rojas y blancas. Era un día nublado y lloviznoso, si existe la palabra, pero aún así nos pareció bonito el pueblo. Está al lado del lago Vättern que no pudimos ver por la niebla que había, hasta después de comer cuando salió el sol y lo vimos un poco, a lo lejos. Luego seguimos el camino. A la vuelta paramos en un área de servicio que coincidencialmente estaba justo encima de Gränna. Desde ahí vimos el lago y el castillo en ruinas desde el cual dice la guía se puede ver el Vättern, Gränna y la isla de 9 kilómetros que está en medio del lago. Esta vez no visitamos nada más que el área de servicio pero allí Lucas montó por primera vez en un caballo -10 kr daban derecho a un paseo mecánico de 1 minuto, quizás, y él lo disfrutó un montón. ¿Se imaginan cuando el caballo sea de verdad, con relinchos y todo?

Esa noche, a las 7.30, llegamos a Nacka, la ciudad-dormitorio donde habíamos alquilado un apartamento para pasar nuestros días en Estocolmo. Nacka no es nada en especial, pero el piso estaba bien, a 7 minutos en bus de Slussen (una estación bastante central donde llega metro, autobuses, barco), y sería una buena base para explorar la capital de Escandinavia. Esa noche había mucho cansancio y nos dormimos todos más o menos pronto.

El miércoles comenzamos nuestra exploración por la ciudad tras devolver el coche de alquiler. Un barco nos llevó desde Nybroplan hasta la isla de Djurgarden donde está el espectacular Vasa museet, un museo dedicado al Vasa, un barco del siglo XVII que naufragó nada más zarpar y el cual rescataron casi intacto 300 años después. Es impresionante. De ahí pasamos a un tema más infantil y visitamos Junibacken, el museo en que se celebra la literatura infantil: personajes de muchos cuentos nos dejaron entrar en sus casas, nos mostraron sus secretos, en fin, un buen recorrido a pie y luego en una casita voladora que nos contaba muchas historias de diversos personajes, en su mayoría desconocidos para nosotros. Termina el recorrido en casa de Pippi Langstrum, la más importante de todas. Y luego la librería, con ningún libro en castellano (mmm... cuánto trabajo para un traductor y un editor!!!) y muchos juegos y juguetes para los niños más antojados. De ahí subimos a Skansen, el pueblo sueco, un parque al aire libre donde han reconstruido casas de todos los lugares de Suecia, desde el norte hasta el sur. Tiene además un pequeño zoológico con animales de toda la geografía y es un lugar muy bonito. Tras un largo día de sol y calor, emprendimos el retorno caminando hasta Slussen por Strandvagen, atravesando Kungsträdgarden, cruzando el puente hacia Gamla Stan (el casco antiguo), parando a los pies de Södermalm a tomar una cerveza y luego Slussen, autobus, casa.

El jueves de nuevo al centro, esta vez a ver Gamla Stan con un poco más de calma. Allí encontramos el Nobel museet, un museo pequeñito dedicado a Alfred Nobel y sus premios. Es interesante, con datos curiosos, hechos, historias. Salimos justo para ver el cambio de guardia en el palacio real y cogimos el barco hacia Djurgarden de nuevo para visitar el Nordiska museet, un museo sobre costumbres y cultura nórdica. Aunque esperábamos ver vikingos y ellos hacía mucho que ya no vivían cuando este museo fue ideado, resultó ser un museo manejable, instructivo y que nos dió una buena idea de lo que era la cultura de este tipo de países. Luego caminamos hasta el museo de la musica y ahí comimos en un café. Emprendimos luego el regreso a Nacka pues teníamos cita a las 6 con Christina Guggenberger, nuestra anfitriona de la primera noche, que nos invitó a cenar a su casa de campo en una isla cerca de la cual tienen casa Bjorn Borg, el inventor de Skype, y probablemente más ricos y famosos que ahora no recuerdo. La cena, con Ola (su marido), Erika (su hija) y Jasper (el novio de la hija), fue deliciosa. Pero sin duda alguna el éxito fue Vita, la perra labrador de la familia, favorita de Lucas.

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