miércoles, 17 de abril de 2019

Hola Ola

Tenemos dos niños de letras. Lucas ha ganado los Juegos Florales y el concurso de lectura en voz alta. Matías aún no, pero para allá vamos.

Este año, Matías quiso participar en el Concurso de dibujo de Sant Jordi que organizan desde el Comedor de la escuela. "Quiero ganar, mamá", me anunció. "¿Me puedes hacer tú el dibujo?" A lo cual por supuesto dije que no, pero que le ayudaría. Y nos sentamos frente a la hoja en blanco. Aparte de que él quería ganar, Matías ya tenía listo el título de su cuento: "Sant Jordi i el drac continuan enfadats".

El dibujo nos salió más o menos, pero digo yo que con ese título deberíamos ganar el Concurso de Títulos para Dibujos de Sant Jordi.

***

Esta Semana Santa apuntamos a los niños a un casal de Lego. Genial. Les ha encantado. Se lo han pasado súper bien. ¡Viva! Era todo un riesgo y una aventura en estos niños cada vez más argumentativos. 

Íbamos de camino y jugábamos con las palabras. Ahora que Matías comienza a leer lo leemos todo de camino. Comenzó Lucas: "A ver si sabes el idioma secreto. ¿Qué quiere decir hopolapa?" Matñias no sabía, pero él es incapaz de quedarse atrás. Y dijo él: "A ver si sabes, Lucas, cuándo digo ola del mar o si es hola de saludar: /O-LA/ /O-LA/".

Por supuesto era difícil, imposible, pero lo bonito fue explicarle a Matías que aunque sonaban igual (hicimos la prueba y yo dije ola y hola y él no supo tampoco cuál era cuál... "En tu cabeza lo sabes, pero cuando lo oyes, no", dije filosóficamente recordando a Saussure o alguien así, el significante, el significado, el referente...), explicarle que eran dos palabras que se escribían diferente: una tiene cuatro letras y la otra tiene tres. 

Cara de asombro. 

Y Lucas deletrea: "Hache - o - ele - a es hola, o - ele - a es la del mar. Pero la hache no suena, y por eso se pronuncian igual."

Matías, muy contento, dijo: "¡Ah! ¡Qué bien! Ahora yo sé algo que mis amigos no saben y les puedo hacer una broma."

No sé bien cómo funcionará la broma, pero me encantan mis hijos de letras. 

lunes, 2 de julio de 2018

De mayo a junio...¡Tantas cosas!

Todo este curso Lucas ha estado entrenando fútbol y haciendo partidos viernes por la tarde o sábado por la mañana. Este fue el último y además lo ganamos. ¡Muy felices! Aquí todo el equipo con Albert, el entrenador. 

Y la barra incondicional de padres y madres desayunando juntos en esa última mañana de sábado.


Matías no se queda atrás en planes con sus amigos. Aquí con Amanda y Manel en una fiesta de cumpleaños. 

Y Matías se fue de Colonias con sus amigos del cole. Lucas no pudo ir porque justo el jueves anterior se partió el brazo y nos quedamos en casa los tres cuidando a nuestro pequeño Gran Lucas. Matías se fue y se lo pasó genial. Aquí la última foto antes de subir al bus: 


Y aquí de camino a casa el día que regresó. 


Y esa semana, el miércoles, vino el tío Beto a cenar. Aprovechamos para celebrar un poco su cumpleaños y le cantamos todos juntos. 



domingo, 13 de mayo de 2018

Solo fotos de abril y parte de mayo (con sus pies)

Preparando el concurso de lectura en voz alta. ¡Ganó Lucas!

Mamá se fue de viaje con sus amigas. ¡Reencuentro feliz cinco años después!

Poema regalo de Lucas para el día de la madre. "Mi mamá es humana / Os imagináis que fuera una rana."

Dibujo regalo de Matías para el día de la madre. Mamá es verde, como la calma (??), Matías rojo, como la furia, Lucas amarillo, como la alegría, y papá azul, como la tristeza. Aquí nos cambiamos los colores con frecuencia. 

Y aquí mis dos preciosos en un banco de la escola Industrial. 

lunes, 9 de abril de 2018

Hallazgos (o cosas que dicen)

Encontré un documento con dos anécdotas preciosas de cosas que dijo Lucas. Tienen fecha. Las comparto tal cual. Abajo la última, que añadí hoy a propósito de una lectura.


13/06/14

Lucas nunca ha sido muy de novias ni nada, en el cole. Supongo que eso es una cosa más de niñas. Sé que ya llegará. En todo caso, una vez nos contó de María, que era su novia y también la de Biel. No nos explicó mucho cómo funcionaba el arreglo, pero al parecer convivían los tres en paz. Y ahora nos ha dicho que su novia es Jana.

Esta mañana me contó que el otro día Jana había dicho que ya no era su novia, porque él le había dicho que el nombre que le había puesto a su robot era feo. Pero él había procedido a remediar la situación y le había dicho a Jana “algo bonito”, y ella entonces había dicho de nuevo que era su novia. Le pregunté que era ese “algo bonito” y me dijo:

“Le dije que ella era como una princesa guapa, con todos los tesoros, y todas las diademas, y todas las piedras brillantes.”

“Si me dijeras eso a mí, yo también sería tu novia,” le dije, sorprendida de mi hijo poeta.

“Ya te lo he dicho, mamá,” me contestó.

Una vez más, me enamoré.


20/7/2014

Isabel vino este domingo a encontrarnos en el parque Joan Miró. Luego fuimos con ella a comer a A casa portuguesa y luego a nuestra casa un rato largo por la tarde. Como siempre con ella nos lo pasamos muy, muy bien. Y hablamos de muchas cosas, entre otras de Jose Antonio, el papá de Álvaro.

El lunes, mientras Álvaro se alistaba para salir, oi que Lucas le decía muy serio:

“Papá, yo sí quiero que tú conozcas a mis hijos. Quiero que ellos tengan un abuelo que seas tú, no como yo que no conocí a mi abuelo que era tu papá. ¿Oyes, papá? Entonces, haz un esfuerzo, ¿bueno?”


09/04/2018
Lucas se ha apuntado al concurso de lectura en voz alta que convoca la escuela para Sant Jordi. Hoy fuimos a la biblioteca a buscar un libro para que Lucas eligiera un fragmento para leer. Entre otros, elegimos uno que publica Takatuka y se llama El señor Silverstre, de Silke Lambeck.  Le leí a Álvaro el comienzo del primer capítulo que dice así:

“Feia un matí gris i plujós, i en Maurici estava de mal humor. La mare també estava de mal humor. El pare rondinava en veu baixa rere el seu diari i en Tomàs, el bebè, bramava.
-Maurici, posa’t les botes de pluja -cridava la mare.
En Maurici estava assegut a l’habitació dels nens i feia com si no la sentís. La mare tenia aquella veu de cabra beladora que no li adradava gens. I ara cridava encara més fort.
-Maurici, posa’t d’una vegada les botes de pluja o faràs tard a l’escola!
En Maurici va enfonsar més el nas dins el seu llibre d’indis. S’havia assegut al seu racó acollidor ple de coixins, sota la petita làmpada, lluny de la gran finestra on picava una pluja torrencial. No es volia posar les estúpides botes de pluja. I si s’ho rumiava bé, tampoc no volia anar a l’escola. És clar que sabia que hauria d’acabar anant a l’escola. Però, com a mínim, potser amb les sabates d’esport.”

Por supuesto la escena nos resultó tremendamente familiar. Los niños no oyen la voz de la madre, ni la del padre, en realidad. Es como una incompatibilidad genética, la voz del progenitor con el oído del niño. No oyen instrucciones, no atienden, no se enteran. O sí, pero les da igual.

El hecho es que nos hizo gracia y cuando estábamos Lucas y yo copiando un texto para el concurso, le dije que mirara esta novela cuyo comienzo a mí me había hecho mucha gracia. Se fue a leer a solas. Álvaro lo encontró leyendo.

-Ah, estás con esa del niño que no hace caso a sus padres.

Y Lucas respondió un poco indignado:

-¡No, es al revés, es la de unos padres que no le hacen caso al niño!

Es cierto que no hemos leído más allá de esta primera página, pero nos hizo gracia como el mundo se entiende según quién lo mira.




lunes, 2 de abril de 2018

El juego de las familias

Aquí les dejo las fotos de un experimento extraño que hicimos el último día de Cal Jafra. Lo que nos preguntamos es si alguien pensaría que estas familias son reales o si quedaría claro con solo una foto que no lo eran. Si viendo niños y padres se intuirían parecidos que no hay o se verían semejanzas que están ahí y no habíamos notado. Jueguen un rato.





Cal Jafra

Del 9 al 11 de marzo estuvimos en una casa rural con los amigos. Llevábamos años planeando "Casa Rural. The return". La primera vez la pueden leer aquí; el segundo intento, unos años más tarde, llegó con una baja y creo que no quedó registrado en este blog. Pero esta entrega ocurrió, por fin, en una casa enorme, repleta de habitaciones y con un jardín con piscina (alrededor de la cual jugamos pero dentro de la cual, por suerte, nadie cayó sino uno y fue voluntariamente). 

Fue un fin de semana muy divertido de conversaciones, comidas, amigas, amigos y niñas y niños y niños y niños. 16 personas no caben en cualquier lado, pero en Cal Jafra no solo cupimos sino que nos acomodamos bien. Y acabamos el último día, el de las fotos, tan sonrientes como el primero. Aquí van algunas muestras. 

Las mamás

y los papás.

Los pequeños, en plan Beatles...

y los grandes haciendo peripecias.

Aquí todos, de menor a mayor. 

Y aquí todos, todos, en la foto de final de fiesta. 

Y por supuesto, nosotros cuatro en la foto oficial de familia. 

Volvimos contentos y con muchas ganas de repetir. A ver cuándo podemos volver. 



  

martes, 6 de marzo de 2018

Cosas. Tiempo.

Muchas cosas, mucho tiempo. Van algunas, así sin más, porque soy consciente de que hace mucho tiempo que no digo nada.


Este es Lucas en navidad. Fuimos una mañana a la plaza de Catalunya con dos amigos suyos del colegio. Estuvimos jugando y viendo obras de teatro, y participando en muchas actividades que había. Comimos y luego fuimos al parque y la cosa acabó en irse a dormir a casa de Roger. Día completo, día genial. Lucas estuvo feliz. Ya lo ven en la foto sonriendo. Me encanta verlo así, él que de natural es tan serio.

Lucas ha desarrollado una fascinación total y absoluta con los carros. Modernos, antiguos, de todas las marcas. Le encantan. Los identifica, sabe de dónde son, reconoce algunos modelos. De camino a un partido de fútbol vimos este clásico maravilloso que su dueño estaba cuidando con mimo. La foto se hizo imperativa.

Matías adora a su papá. Es su persona favorita en el mundo sin ninguna duda. A los demás nos quiere, pero a papá... Le encanta hacer cosas con él. Todo tipo de cosas. Para la muestra un botón de este fin de semana. Sobra decir que después de afeitado quedó más guapo todavía, si cabe.


Igual que su hermano, Matías tiene sus obsesiones. Una de ellas, curiosamente, es con la policía (la bolocía, que dice él). Ayer en el parque llegaron dos patrulleros de la Guardia Urbana y Matías y sus amigos se fueron corriendo a ver por qué habían venido. Los llenaron de preguntas de todo tipo, y al final los patrulleros les preguntaron si querían subir a la moto. Matías, ni corto ni perezoso, dijo que sí, y ahí lo tienen con su gran amiga Claudia en la moto de la Urbana. 

Lo siguiente fue preguntarle por las esposas: dónde las tienes, déjamelas ver, déjame ponérmelas. Por suerte, ella no accedió. Es otra de esas cosas que le gustan intensamente y juramos no saber por qué. 


La primavera está pisando fuerte en la Avenida Roma, a pesar de que la semana pasada cayó nieve en Barcelona. Uno de esos días, uno claro y de cielo azul, tomé esta foto de las flores que ya asoman. Me encantan. Me hacen sonreír estos árboles. 

Hoy pasamos por aquí de nuevo con Matías y le mostré las flores. Quiso coger una y recogimos una del suelo. "Es para Ine", me dijo. "Allá donde está, ¿tiene teléfono?" Qué más quisiera yo, pensé. Pero le expliqué que ya no tiene teléfono, pero que podemos pensar en ella y, por qué no, recoger flores mientras lo hacemos.